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martes, 6 de enero de 2009

Teotihuacán: patrimonio histórico y destrucción por rapiña comercial

martes 6 de enero de 2009 → Cultura → Grupo Mundo altera el entorno de Teotihuacán


Grupo Mundo altera el entorno de Teotihuacán


Auspiciado por el INAH, desde 1994 realiza “fantasías multicolores” en zonas arqueológicas

Ana Mónica Rodríguez

La zona arqueológica de Tulum sirvió en 1994 de escenario para un espectáculo privado de la empresa HP con el aval del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), entonces dirigido por María Teresa Franco.

La fantasía multicolor sobre las estructuras prehispánicas estuvo a cargo de Grupo Mundo, empresa que ahora se encarga de la colocación del equipo multimedia (taquetes de expansión, rieles de aluminio y cableado) en las pirámides del Sol y la Luna en Teotihuacán, para reiniciar así las visitas nocturnas, llamadas ahora Resplandor teotihuacano.

Además, está empresa ha permanecido ligada al INAH durante casi dos décadas con producciones realizadas en El Tajín (2000), el Museo Nacional de Antropología (1992) y el Fuerte de San Diego, en Acapulco (2005).

Desde hace más de cuatro años Grupo Mundo y la empresa Tinta Negra Tinta Roja, se han enfocado en Teotihuacán, sitio que es el “sueño anhelado” del gobierno del estado de México, encabezado por Enrique Peña Nieto, y las secreta-rías de Turismo estatal y federal para la puesta en marcha del proyecto nocturno.

Grupo Mundo está presidido por Jack Misrachi, quien también pertenece al Patronato Amigos de Teotihuacán. Sin embargo, al requerir información sobre esta asociación en un teléfono anunciado en Internet, la respuesta fue que “el patronato se encuentra desde hace más de un año inoperante y sin ninguna sede conocida”.

La empresa también produce proyectos especiales, artísticos y orienta toda su actividad al equipamiento multimedia, como cine, audio, sincronización de medios, iluminación, video, pantallas y conceptualización artística.

En su página de Internet, Grupo Mundo resalta: “Mediante una administración, producción y ejecución impecable en cada área, nuestra experiencia garantiza el 100 por ciento de satisfacción, obteniendo una calidad que supera siempre las expectativas planteadas en el proyecto. Con una participación activa y continua en la evolución cultural, social, artística, educativa, ecológica, y espiritual de nuestro país, creamos ideas para interpretar los deseos por desarrollar juntos, un mundo diferente y mejor”.

Hace cuatro años, cuando Misrachi se encargó del proyecto multimedia El vigía silencioso en el Fuerte de San Diego, expresó su deseo de que los museos y monumentos históricos de México contaran en sus instalaciones con equipos multimedia para “lograr un dinamismo y un atractivo poco común (sic) en los edificios históricos”.

Para el espectáculo en Tulum, hace casi tres lustros Grupo Mundo presentó “un potente rayo láser de 25 watts, luces robóticas, grandes pantallas, máquinas de humo y un poderoso equipo de audio”, que sirvió de escenario a las premiaciones de los mejores distribuidores de HP en América Latina.

Seis años después, en el primer Festival de Primavera en El Tajín, Grupo Mundo organizó una serie de “proyecciones gigantes en la montaña, iluminación arquitectónica a las pirámides, fuegos artificiales, luces robóticas, rayos láser full color y orquesta sinfónica en vivo, además de la transmisión por televisión a todo el estado de Veracruz”.

Mientras, el Museo Nacional de Antropología requirió de la empresa productora para instalar “luces de colores, producción de un video a dos pantallas con imágenes terrestres y áreas de todas las zonas arqueológicas más importantes del país y maquetas móviles del arquitecto Ramírez Vázquez.”

En Xochicalco, Morelos, para las visitas nocturnas fue ideada la producción de un video y su proyección sobre una cortina de agua.

El proyecto para Teotihuacán todavía no ha sido aclarado por sus artífices ni académica ni técnicamente. Empero, el titular de la secretaría de Turismo mexiquense, Alfredo del Mazo Maza, ha comentado que las visitas nocturnas constarán de “ iluminación y pantalla multimedia, grada móvil para 520 personas, una serie de efectos especiales que mostrarán amaneceres, atardeceres y eclipses de Sol”.

Cabe recordar que María Teresa Franco –actual titular del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA)– durante su gestión en el INAH también causó polémica en Teotihuacán cuando se construyó la Plaza Jaguares para vendedores de artesanías y fueron destruidos vestigios de la zona denominada La Ventilla.

Entonces, la UNESCO, por conducto de Icomos, lamentó la “falta de estudios y madurez del proyecto urbano” y el arquitectónico, y se pronunció en un dictamen por “instrumentar una normatividad para la ordenación territorial del área”, de modo que las actividades turísticas y comerciales “no sigan constituyendo una causa de deterioro del valor cultural de la zona arqueológica”.

En 1994, cuando la funcionaria permitió el mencionado espectáculo privado en Tulum, también autorizó a la familia Barbachano, dueña del hotel Mayaland, enclavado en el corazón de la zona arqueológica de Chichén Itzá, la ampliación de ese complejo turístico (La Jornada, 29/5/07).

En mayo de ese año, Franco signó una “colaboración” con empresarios turísticos a la promotora Xcaret para la “operación, mantenimiento y administración del desarrollo turístico localizado en terrenos de Miguel Quintana Pali, ubicados en esa zona arqueológica”.


>>>ÉSTA INFORMACIÓN SE CONSIGUIÓ DE: http://www.jornada.unam.mx/2009/01/06/index.php?section=cultura&article=a36n1cul<<<<

Luis Hernández Navarro

Teotihuacán: patrimonio histórico y rapiña comercial



Resplandor teotihuacano es un espectáculo multimedia estilo Televisa con el que se busca convertir el pasado prehispánico en show y la difusión de la historia en negocio para inversionistas privados. No se trata de un hecho aislado: es la última embestida de empresarios y políticos para beneficiarse del patrimonio histórico del país.

Resplandor teotihuacano es una agresión al patrimonio histórico que, en nombre del “progreso”, viola la legislación vigente. Los hechos son incontrovertibles. La instalación de luminarias y rieles para el espectáculo de luz y sonido en las pirámides del Sol y la Luna han dañado los estucos y estructuras de los monumentos precolombinos. Como han señalado investigadores y trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) los promotores del negocio ni siquiera cuentan con un guión académico terminado.

El 31 de octubre de 1977 se publicó en el Diario Oficial un acuerdo por el que los museos nacionales y regionales, así como los monumentos arqueológicos e históricos y las zonas de monumentos arqueológicos, dependientes del INAH, no serán utilizados por ninguna persona física o moral, entidad federal, estatal o municipal, con fines ajenos a su objeto o naturaleza. Estos fines se establecen en la Ley de Monumentos Históricos.

Resplandor teotihuacano viola flagrantemente ese decreto y esa ley. Aunque las autoridades del INAH parecen no darse cuenta, en ninguna legislación se establece que el objetivo de las pirámides sea el de entretener turistas con pasatiempos inspirados en Las Vegas.

La ofensiva del capital inmobiliario, la industria turística y los políticos contra el patrimonio histórico y cultural protegido por la legislación federal viene de muy atrás. Para ellos es inadmisible que esos bienes no puedan convertirse en mercancías con las que obtener beneficios privados. Exigen, reiterada y sostenidamente, de manera abierta o soterrada, su desamortización. Unos quieren hacer negocio y lo quieren hacer ya. Otros desean invertir obras que le den lustre a sus administraciones, sin importarles que se destruyan inmuebles de indudable valor.

El decreto del 31 de octubre de 1977 fue promovido por el director del INAH, Gastón García Cantú, para contar con un paraguas jurídico que protegiera a los monumentos arqueológicos e históricos. Contó con el aval de la comunidad científica, académica y laboral del instituto.

Entonces, tal como sucede ahora, las presiones ilegítimas contra el patrimonio cultural eran incontenibles. Las anécdotas dan para un libro. Por ejemplo, el entonces gobernador de Puebla quería deshacerse de un edificio del siglo XVII, en el que se había albergado el primer colegio de estudios superiores de esa entidad porque, según él, “estorbaba y ya no servía”.

En Hidalgo, uno de los precandidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la gubernatura deseaba efectuar su toma de protesta entre los Atlantes de Tula, el centro prehispánico más importante de la entidad, acompañado de la agrupación de charros, cabalgando briosos equinos.

Era frecuente que las distinguidas señoritas de la alta sociedad de diversas entidades utilizaran los monumentos históricos para sus fiestas de quince años o bodas. También que se celebraran en ellos banquetes y festividades de todo tipo, con cualquier pretexto.

El empleo abusivo de los monumentos históricos provenía de lo más alto de la nomenclatura política. Carmen Romano de López Portillo, esposa del entonces jefe del Ejecutivo, gustaba convocar a animadas francachelas en el Castillo de Chapultepec. Un buen número de trabajadores de intendencia eran contratados para atender a distinguidos visitantes, entre los que se encontraba el ilusionista Uri Geller, quien deslumbraba a los invitados doblando con la mente cucharas que pertenecieron a Maximiliano y Carlota. A decir de los custodios, las recepciones eran bastante divertidas. Las armaduras de los conquistadores amanecían con sendos vasos de jaibol en la mano, y las habitaciones de su majestad con vestigios de uno que otro revolcón. Al lado de paredes forradas con tela de seda se instalaban las cocinetas con las que se guisaban los alimentos para la cena.

García Cantú narró en varias ocasiones cómo las escandalosas fiestas de la primera dama en el Museo Nacional de Historia lo llevaron a buscar una entrevista con el presidente López Portillo, de la cual surgió la propuesta de emitir el decreto. Según él, en una reunión con el mandatario en la que también participó Porfirio Muñoz Ledo, entonces secretario de Educación Pública, le expuso al jefe del Ejecutivo la imposibilidad de otorgar el permiso para efectuar la recepción. El Presidente le respondió que el cuerpo diplomático ya había sido convocado y, por tanto, no se podía cancelar el acto. García Cantú insistió en que el castillo estaba en peligro y le propuso que el Ejecutivo federal expidiera un acuerdo prohibiendo que los centros históricos o prehispánicos sean sitios de reuniones sociales. López Portillo aceptó, aunque la pachanga de su consorte no fue cancelada.

Pese a la prohibición expresa, esas cenas y reuniones se han seguido haciendo para beneficio de sus patrocinadores. Sin ir más lejos, Marta Sahagún se apropió sin pudor alguno el alcázar para recaudar fondos para su fundación, con el gancho de un millonario concierto de Elton John. Ahora se quiere usar la zona arqueológica de Teotihuacán para montar un espectáculo que daña y desnaturaliza el sitio.

La lógica de la preservación responsable del patrimonio histórico es contrapuesta a la de su utilización para hacer negocios privados. Los inversionistas quieren ganancias rápidas y los políticos como Enrique peña Nieto hacerse publicidad. Para el pueblo mexicano su conservación tiene un enorme valor e importancia. Ésta debe efectuarse con integridad y respeto. En Teotihuacán la rapiña comercial pretende usufructuar y desvirtuar un bien común. Impedirlo no es asunto banal ni secundario.

>>>ÉSTA INFORMACIÓN SE CONSIGUIÓ DE: http://www.jornada.unam.mx/2009/01/06/index.php?section=opinion&article=016a2pol<<<<


A marchas forzadas continúa el Resplandor teotihuacano

■ Las autoridades “se lavan la manos”, denuncian trabajadores del INAH

Javier Salinas Cesáreo (Corresponsal)


Teotihuacán, Edomex, 5 de enero. Los trabajos en la zona arqueológica de Teotihuacán para el proyecto multimedia de luz y sonido denominado Resplandor teotihuacano no se han cancelado, por el contrario, siguen a marchas forzadas.

Como prueba están los trabajos que se realizan para el armado de las graderías metálicas en un predio de la plaza Manuel Gamio, a un costado del Centro de Estudios Teotihuacanos, justo frente a la puerta 5.

Una vez que los trabajadores de la empresa Grupo Mundo –encargada del montaje– terminaron de instalar las estructuras metálicas, taquetes (más de 8 mil), cableado (3 kilómetros) y luces (2 mil 500 lámparas) en las diversas plataformas de las pirámides del Sol y la Luna, dañando la piedra original, se han dedicado a montar la gradería.

Por lo pronto ya se han armado en dicho predio siete de las 14 secciones de las gradas que van montadas sobre ruedas y serán utilizadas por los asistentes al espectáculo de luz y sonido para trasladarlos por la Calzada de los Muertos de la Pirámide del Sol a la de la Luna.

En el predio trabajan a marchas forzadas decenas de operarios. Unos en el acarreo de láminas de aluminio, otros en el ensamblado y otros más en la soldadura. Cada sección del graderío cuenta con 15 niveles de asientos y, según los trabajadores e investigadores que se han opuesto al espectáculo multimedia por los daños que causa a las estructuras piramidales, serían 14 secciones para un cupo de más de 500 personas.

Lázaro Salvador Moreno Rivera, secretario general de la sección 5 del Sindicato Nacional de Trabajadores del INAH, señaló que a pesar de que existe un exhorto de la Cámara de Diputados federal para detener los trabajos, éstos siguen a marchas forzadas.

Denunció que trasladar la gradería, que está siendo montada en el predio de la puerta 5 a la Calzada de los Muertos, como se piensa hacer, implicaría usar maquinaria pesada.

Promesa imposible

“Ellos (los del proyecto) nos han dicho como excusa que montarían y desmontarían en dos horas las gradas para evitar riesgos a la zona arqueológica; pero lo que hemos visto es que tan sólo para montar parte del graderío necesitaron varios días. También vemos que las estructuras de la gradería llevan llantas en la parte de abajo, pero mover cada uno de los módulos y desplazarlos implicaría utilizar maquinaria pesada”, dijo.

Los trabajadores sindicalizados de la zona arqueológica de Teotihuacán denunciaron que las autoridades prácticamente se han “lavado las manos” y hasta el momento no les han mostrado permiso alguno firmado que avale el proyecto multimedia.

>>>ÉSTA INFORMACIÓN SE CONSIGUIÓ DE: http://www.jornada.unam.mx/2009/01/06/index.php?section=cultura&article=a05n1cul<<<<

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